13-05-1992. Se celebra el Día Nacional de Luxemburgo en la Expo 92

#expohemeroteca: 13 de mayo de 1992

Pabellón de Luxemburgo durante la Expo 92.

El día nacional de Luxemburgo, pequeño país centroeuropeo, estuvo marcada por la presencia de sus Altezas Reales el Gran Duque Juan y la Gran Duquesa Josefina-Carlota.

El Pabellón de Luxemburgo en la Expo 92 se encontraba situado en la confluencia de la Avenida de Europa con el Paseo Oeste. Una estructura en forma de cubo, hecha  de acero y cristal, de diecinueve metros de altura y desmontable conformaban uno de los pabellones más pequeños de la Exposición (unos mil metros cuadrados), como pequeño estado al que representa.

Bandera de Luxemburgo.

El espacio estaba dominado por una esfera armilar en movimiento, un video donde se explica la importancia de la industria siderúrgica y una cafetería donde podrían degustarse tapas típicas de la nación. Aunar tradición y modernidad había sido el propósito de los contenidos presentados por Luxemburgo.

El pabellón de Luxemburgo trató de mostrar un país a caballo entre el mundo latino y el germánico. Ofrecía un retrato de sus paisajes y de sus habitantes. El pabellón recordó su vocación europea, su tradición siderúrgica y su importancia en el ámbito audiovisual.

Logotipo Pabellón de Luxemburgo.

A la entrada sorprendía, además de unas luces difusas, una gran esfera armilar en rotación que desprendía una luz tenue y de color azulado. Esta esfera simbolizó el estado de Luxemburgo como lugar de confluencia de multitud de caminos y culturas.

Esfera armilar en el interior del Pabellón de Luxemburgo.

La visita al pabellón comenzaba en la segunda planta, a la que se accedía mediante un ascensor transparente que permitía ver la gran esfera en toda su dimensión.

En la parte más alta estaba situada la cafetería, un lugar concebido como un escenario futurista. Las mesas y los taburetes, en forma de cono invertido, permitía tomar una copa al tiempo que se proyectaba un video. Las imágenes salían de las mesas mostraban paisajes luxemburgueses que fueron rodados desde un globo y que podía contemplarse como si se estuviera en las alturas.

Mesas cafetería Pabellón de Luxemburgo.

Se iniciaba el descenso del pabellón a través de una rampa siguiendo una línea serpenteante de color verde fosforescente. El camino estaba salpicado de pequeñas luces que simulaban las estrellas. El resto, oscuridad tenebrosa, lo primero que se veía fue una representación de una iluminación de la antigua abadía de Echternach, contrastada con imágenes de la actualidad.

Interior Pabellón de Luxemburgo.

A la salida se encontraba la tienda, donde se podía adquirir, si lo deseaban, un juego de té o cualquier otra pieza de porcelana de la firma Villeroy et Boch y tener en casa la misma vajilla que algunos de los mejores restaurantes sevillanos.

Zona tienda del Pabellón de Luxemburgo.

La visita del pabellón tenía una duración de diez minutos, que se prolongaban a veinticinco minutos si se contaba el tiempo empleado en ver el contenido de los ordenadores.

El Gran Condado de Luxemburgo trató de ofrecer a su pabellón, a las puertas de una Europa sin fronteras, una idea clara de su cultura como país que había reunido los diferentes elementos de su identidad en el contacto con los extranjeros, en el Renacimiento español o la presencia austriaca, pero que tomaba su propia carta de naturaleza y jugo un papel importante en la configuración de la moderna Europa.

Pabellón de Luxemburgo durante la noche en Expo 92.

El viceprimer ministro de Luxemburgo destacó durante el día nacional de su país, que la exposición de Sevilla encarnaba la visión del mundo del año 2000, al reflejar la armonía, el dinamismo y la creatividad. El representante europeo resaltó que con su modesta contribución habían querido participar en esta aventura de la ciudad mundial que simbolizó la Expo’92.

Los grandes Duques del Ducado de Luxemburgo, Jean y Josefina Charlotte visitando el pabellón aquella jornada.

El acto de honor comenzó con el encuentro en el Camino Real de los representantes, que fueron recibidos por el General Jefe de la Región Militar Sur, Juan Pérez Crusell ante los grandes Duques del Ducado, Jean y Josefina Charlotte que asistieron al izado de las respectivas banderas donde posteriormente la comitiva firmo en el Libro de Honor en el Pabellón Real.

Firma en el Libro de Honor de la Expo 92 situado en la capilla real del Monasterio de la Cartuja.

Acto seguido, la comitiva se trasladó al Palenque, donde se realizaron las intervenciones del día nacional de Luxemburgo.

Trabajadores del Pabellón de Luxemburgo.