19-07-1992. Se celebra el Día Nacional de Sri Lanka en Expo 92

#expohemeroteca: 19 de julio de 1992

Pabellón de Sri Lanka en Expo 92.

El pabellón de Sri Lanka llamaba la atención por la monumental escultura de Buda que tenía en la entrada del pabellón. Fue una réplica del Buda de Aukana, de doce metros de altura, que fue esculpido en roca monolítica durante el reinado de Dhatusena, en el siglo V a.C. La escultura tenía un pedestal de flor de loto y estaba rodeada por la <<fuente de los deseos>>, donde la gente arrojaba alguna que otra moneda en busca de algún sueño más o menos alcanzable.

Bandera de Sri Lanka.

El primer ministro de Sri Lanka, Hon Wijetunga presidió aquella jornada los actos de celebración del Día Nacional de Sri Lanka en la Expo 92. Durante su discurso oficial alabó los logros de España y dijo que <<esta nación, con su larga e ilustre historia se había convertido en un símbolo de esperanza y optimismo para países como el de Sri Lanka>>.

Entrada al pabellón de Sri Lanka.

El pabellón tenía dos entradas, una con acceso al restaurante y la otra para dirigirse a la tienda. Un total de ochenta y cinco personas de la antigua Ceilán trabajaban en el pabellón. Iban vestidos de color naranja, lo que resaltaba aún más el tono cobrizo de sus pieles.

Trabajadores del pabellón de Sri Lanka.

A la entrada, un saludo en cingalés: <<Ayubowan>>; que se hace con las manos juntas y los brazos en cruz. Significa, larga vida y felicidad.

La zona dedicada a exposición se limitó a ofrecer unos paneles con fotografías donde se mostraban y explicaba brevemente, las costumbres, la historia, los templos budistas, las plantaciones de té y aspectos turísticos del país en la actualidad.

Zona expositiva del pabellón.

A Sri Lanka se la conocía como Ceilán o la perla del Índico. Esta isla tropical cuenta con una reputación forjada hace dos mil años, cuando era parada obligada para los mercaderes griegos, árabes y chinos. Posteriormente fue el punto de encuentro en la Ruta de la Seda, entre Oriente y Occidente.

El pabellón estaba presidido por la réplica del Buda de Aukana de Sri Lanka.

Otras de las zonas más llamativas del Pabellón de Sri Lanka fue su restaurante que fue concebido como un autoservicio. Los trabajadores y personas autóctonas del país llamaban la atención de los visitantes. Los hombres se encargaban de la cocina, las mujeres del servicio de mesas. Si bien podías escoger los platos y ver como se condimentaban los mismos, una vez pagada la cuenta, una mujer te cogía la bandeja y te la llevaba a la mesa. Resultaba un autoservicio singular, por la gran cantidad de personal.